Uno de los hostel con mejor desayuno en los que he estado, con bollería recién hecha, panes, mantequilla y mermelada, cereales, yogures, café, leche, zumo, queso y jamón.
Personal súper amable y dispuesto, el chico que me atendió hablaba español (es muy de agradecer)
Dispones de cocina comunitaria para poder preparar la comida que lleves, pero si no llevas nada tampoco es un problema, tienen carta de comida para llevar de varios restaurantes que te llevan la comida hasta el hostel.
Las instalaciones son muy básicas, pero están limpias.
La única pega, es lo apartado que está de todo, aunque en nuestro caso eso no fue un problema ya que llevábamos coche.
Por cierto no hay parking privado en el hotel, pero puedes aparcar en las inmediaciones.