Al llegar pensábamos que nos habíamos metido en la boca del lobo. Una mujer asiática, con un niño corriendo por ahí, era la recepcionista. La habitación daba aspecto de sucia, el olor que había allí no te dejaba dormir. Tuvimos que ir a comprar desinfectante y unas chanclas para poder ducharnos. Los mandos de la TV y del aire acondicionado los tienen ellos guardados y si no se los pides no te los dan. Escuchamos todo lo que pasaba en la calle, las cortinas no tapaban el sol, debajo de la cama había muchísima suciedad. Estuvimos pensando en coger otro hotel estando allí pero perderíamos el dinero de este por lo que decidimos limpiar la habitación nosotros y comprar mucho ambientador. La televisión es microscópica. El baño tenía moho en las juntas de los azulejos, en la mampara y en el techo. Si queréis pasar una noche en Barcelona mejor dormir en un parque, dormiréis mejor.